
Si hiciera una lista de mis errores de los menores hasta los peores que expusiera todas las heridas los fracasos, desamores y las mentiras… Ofreceré el aroma del ámbar, ofreceré el cedro y mis lagrimas. Con la paciencia del mar esperaré toda una vida a que sane la confianza. Si volviera a comenzar, no tendría tiempo de reparar. Si hiciera un viaje a mis adentros y sobreviviera a los lamentos pediría fuerzas para decir cuanto lo siento. El agua derramada está la sed que siento no saciará.






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